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MITOS EN LA NUTRICIÓN DE PERROS

Dogs with choice of food diet

En la alimentación y nutrición de perros existen un gran número de mitos, algunos basados en hechos científicos, pero utilizados de forma exagerada, distorsionada o inadecuada. Otros se han originado a partir de errores nutricionales perpetuados en el tiempo, debido a la ausencia de verificación científica, o al deseo de encontrar, a través de la dieta, soluciones sencillas para los problemas de salud o conducta más habituales. Algunos mitos no tienen efectos perjudiciales, pero otros pueden afectar seriamente la salud o causar desbalances nutricionales severos en el perro. En este artículo se esclarecen algunos de los mitos más comunes arraigados en la sociedad entorno a la nutrición y alimentación de los perros con dietas humanas o caseras.
Muchos propietarios son partidarios de alimentar o compartir su comida con el perro, como una muestra de afecto o empatía, creyendo que así disfrutan más de la dieta. Con esto, le atribuyen al perro comportamientos humanos. El sentido del gusto está poco desarrollado en el perro y los cambios frecuentes pueden ser perjudiciales para su salud. El sistema digestivo del perro necesita por lo menos una semana para adaptarse a un nuevo alimento. Los cambios demasiados frecuentes o bruscos de los alimentos provocan malas digestiones y pueden originar vómitos, flatulencias, diarreas, etc.
Es importante considerar que las necesidades nutricionales de los perros no son las mismas que de las personas, incluso algunos alimentos caseros, a pesar de ser altamente palatables o atractivos, no son adecuados para las perros y no deberían proporcionarse bajo ninguna situación. Adicionalmente, algunos ingredientes pueden ser perjudiciales si se administran como alimento único, en cantidades abundantes o bien, de manera frecuente.
Carnes y aves: Muchas personas creen que los gatos y perros, al ser carnívoros, pueden ser capaces de sobrevivir con una dieta exclusivamente basada en estos ingredientes. Sin embargo, estos no brindan una nutrición completa para los animales de compañía pues, como se sabe, proporcionan una alta cantidad de proteínas, pero son deficientes en minerales (calcio, fósforo, sodio, hierro, cobre, yodo) y vitaminas. Se olvida que, incluso en estado silvestre, los animales consumen la totalidad de sus presas, incluyendo huesos, vísceras y contenido intestinal.

Pescado: A algunos perros les encanta el sabor del pescado, rico en proteínas pero que tampoco aportan una nutrición completa. Por lo general, los pescados sin espinas son deficiente en minerales (calcio, sodio, hierro, cobre, yodo) y algunas vitaminas. Los pescados con espinas pueden lesionar el tracto gastrointestinal del perro, produciendo una obstrucción o perforación.
Bajo ninguna causa, nunca debe administrarse pescado crudo a los animales de compañía, pues cierto tipo de pescados contienen una sustancia que destruye la tiamina, una vitamina del complejo B, causando una deficiencia de esta. El pescado crudo también puede transmitir enfermedades parasitarias.
Hígado: El hígado es una excelente fuente de hierro, proteínas, cobre, vitamina D y diversas vitaminas del complejo B, sin embargo, contiene poco calcio y cantidades excesivas de vitamina A. Este desequilibrio nutricional puede ocasionar trastornos óseos.

Leche y productos lácteos: Aunque la leche y los productos lácteos es rica en calcio, proteínas, fósforo y vitaminas, no debe proporcionarse a ejemplares jóvenes o adultos, pues causa diarrea al tener un contenido alto de lactosa que el organismo del perro no puede digerir correctamente.
En los perros en crecimiento, un exceso de calcio en la dieta puede contribuir trastornos esqueléticos.
Aceites y grasas: Los aceites de pescado son ricos en vitamina A, vitamina D y ácidos grasos omega 3. Ambas vitaminas, al ser consumidas en exceso, se acumulan en el hígado causando trastornos a largo plazo. Además, un exceso de grasas en la dieta puede causar sobrepeso u obesidad.

Chocolate: El chocolate contiene teobromina que, al ser consumida en cantidades excesivas, resulta tóxica para los perros, causando vómitos, diarrea, jadeos, inquietud, temblores musculares y, en casos severos, la muerte del animal.
Cebolla: La cebolla contiene un componente tóxico para los perros llamado el n-propil disulfida. Al ser consumido en grandes cantidades daña los glóbulos rojos de la sangre, causando anemia hemolítica. En casos graves, la anemia llega a ser mortal. Los perros intoxicados presentan vómito, diarrea, depresión, aumento de la temperatura y oscurecimiento del color de la orina.
El alimento que le proporcionas a tu perro debe contener todos los nutrientes que necesita, en las cantidades adecuadas y en las proporciones adaptadas a su tamaño, estado fisiológico, edad e incluso a su estado de salud. Te recomendamos elegir un alimento premium balanceado, específico para la especie, como lo es Perfect Sense®. Así evitarás caer en excesos o deficiencias nutricionales e intoxicaciones, las cuales son muy comunes al preparar y proporcionar dietas humanas a nuestros perros.

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