Actualmente, vemos demasiados anuncios donde los antioxidantes de los alimentos resultan ser una buena cualidad de la comida, incluyendo no solo los de consumo humano, sino también los de consumo animal. Entre estos últimos destacan los alimentos para perros, que ofrecen diversas presentaciones de alimentos secos (Croquetas) con antioxidantes naturales añadidos, que nos prometen múltiples beneficios, entre los que destaca “retrasar el envejecimiento celular” o “fortalecer el sistema inmune”.
¿Qué les ha ocurrido a los antioxidantes para transformarse en un punto valioso a la hora de elegir un alimento? ¿Son en verdad la fuente de la eterna juventud? ¿O no se han transformado y siguen siendo “eso” que se añaden a los alimentos sin que nadie sepa por qué? Intentaremos dar respuesta a estas peguntas en este artículo.
Primero te explicaremos qué son los radicales libres, para posteriormente poder entender la función e importancia de los antioxidantes de los alimentos.
Para poder explicar esto, deberemos recurrir a algunos conceptos básicos sobre los átomos y las moléculas.
Las células de cualquier organismo están conformadas por moléculas y éstas, a su vez, por átomos. Los átomos están compuestos por neutrones, protones y electrones. Estos últimos son los responsables de formar los enlaces con otros átomos para finalmente formar moléculas.
Normalmente los electrones de un átomo se encuentran reunidos en pares, sin embargo, existen una serie de sustancias denominadas “radicales libres”, las cuales poseen electrones “desapareados”.
Precisamente, la principal característica de los radicales libres es que cuentan con un electrón que no está aparejado y que se encuentra en capacidad de aparearse. Eso los convierte en altamente reactivos e inestables pues para lograr establecer el equilibrio, este átomo inestable, buscará ‹robarle› un electrón a otro átomo, oxidándolo. Cuando esto sucede, el átomo que pierde su electrón se convierte a su vez en un radical libre, generando una reacción en cadena.
En un organismo normal, el metabolismo produce radicales libres que también se pueden generar por otros factores como la contaminación ambiental, el consumo de tabaco, alimentos procesados, medicamentos o por la exposición a pesticidas. En condiciones fisiológicas, el organismo neutraliza los radicales libres con enzimas antioxidantes. Si la capacidad de control de las sustancias oxidantes por sistemas antioxidantes es superada cambia el balance a favor de la oxidación y se establece el estrés oxidante, que puede provocar grandes daños a células y biomoléculas, como ácidos nucleicos, proteínas, polisacáridos y lípidos.
En concreto, un exceso de radicales libres se ha relacionado con la enfermedad cardiovascular, procesos neurodegenerativos, enfermedades inflamatorias, o ciertos tipos de cáncer. A veces, los radicales libres son una causa directa de estas enfermedades y, otras, la propia enfermedad aumenta la producción de radicales libres, que contribuyen a agravarla
El daño oxidativo puede ser prevenido por el consumo de moléculas antioxidantes, las cuales son capaces de donar electrones para estabilizar a los radicales libres y neutralizar sus efectos dañinos.
Los antioxidantes de los alimentos son naturales: se encuentran en carnes, frutos y vegetales (Tabla I), entre los que destacan las vitaminas A, E, C y los β-carotenos. También se encuentran en estos alimentos elementos (cofactores: cobre, zinc manganeso, hierro y selenio) que son necesarios para la actividad del propio sistema del organismo que se encarga de neutralizar radicales libres.
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Gracias a este conocimiento, Perfect Sense® añade a sus diferentes presentaciones los antioxidantes de los alimentos (Tocoferoles mixtos, extracto de romero, vitamina E, entre otros) que ayudan a neutralizar los radicales libres, potencialmente dañinos para la salud de nuestros perros, evitando así el daño celular y previniendo el estrés oxidativo.